Paralelamente mientras acepto una propuesta, mi mente empieza a generar una especie de rompecabezas, en el que cada pieza representa una tarea que tengo que resolver.
Las que busco encastrar primero son las de locaciones y marcas de ropa. En mi modus operandi, el eje a partir del cual, voy a disponer el resto de las partes.
Para ubicarlas en primera línea hay que resolver el factor que las une: ¿canje o alquiler? La respuesta suele ser bastante sencilla de descifrar.
A partir de ahí comienza la estrategia.
En los medios masivos de comunicación, es habitual que los acuerdos se establezcan a partir de un intercambio publicitario que no conlleve costos. El cual aporte beneficios de exposición a quién lo ofrezca y de resolución a quién lo reciba.
La proposición y el convenio variarán dependiendo si el medio de exhibición será audiovisual, gráfico o digital.
Previo a ejecutar nuestro plan de acción, tendremos claro qué tipo de temática y/o estilo debemos representar. En base a eso barajaremos ciertas opciones y ofrecimientos a la hora de contactar a nuestros posibles proveedores.
¿Cómo realizo la propuesta?
No hay un camino preestablecido, en lo personal me voy adaptando a los medios de contacto que ofrecen. Si tengo a disposición un número de teléfono, llamar es siempre mi primera opción. Consultar con quién en específico debo contactarme, me permite poder redactar un correo personalizado que incluya los detalles pertinentes. También puedo realizar la acción invertida y comunicarme telefónicamente para verificar si recibieron la propuesta.
Claro que Instagram y WhatsApp son recursos válidos. La experiencia te permitirá dominar el timing y la percepción para elegir la ruta más conveniente. Ya con el paso del tiempo y gracias a la creación de una agenda de contactos, podrás acortar camino al saber puntualmente con quién comunicarte.
Enviar notas, trabajos previos o fotos de referencia, aporta una idea más clara de lo que se hará. Y en lo que a locaciones respecta, es necesario incluir la cantidad de personas que asistirán y carga horaria de la jornada. En cualquiera de los casos, resulta esencial detallar la permuta. (Cita en los créditos de la nota, placa, mención en redes, fotos en alta calidad, etc.)
Si en cambio, efectuaremos un alquiler, no hay mucho más que tener en cuenta el presupuesto y llegado el caso, considerar la manera de lograr un común acuerdo según puedan ceder las partes.
Una vez obtenida la aprobación, ya sólo resta coordinar detalles referidos a los modos de operar.
Ahora sí, “Welcome to the game”.
Con amor,
Aldana