Pareciéramos salidos de una película de Marvel. El futuro del material depende de
nosotros. Tenemos el poder de salvar o destruir cualquier plan. Salimos al rescate.
Enfrentamos a personajes malvados que quieren atentar contra nuestro proyecto.
Peleamos contra el tiempo y batallamos con los imprevistos. Gestionamos acciones en
plazos récord porque contamos con una capacidad resolutiva de otra dimensión.
Somos prácticos e ingeniosos. Tenemos habilidades sobrenaturales y cooperamos
con la comunidad porque conocemos los trucos y atajos.
El Capitán América somos todos.
Pero llegamos a casa y nos sacamos el traje. También tenemos una vida humana. Y si bien, los que elegimos esta profesión naturalizamos ciertos modus operandi, hoy quiero proponerte hacer una pausa y revisarnos.
- “Es parte de nuestro trabajo.”-, pareciera ser la respuesta correcta ante ciertos patrones de conducta. ¿Pero qué pasa si nos damos el lugar a cuestionarlos?
Somos los primeros que llegamos y los últimos que nos vamos. Y aun así, se nos exige inmediatez. Se nos pone expectativas con las que debemos cumplir, muchas veces, simplemente por los tiempos percibidos por el otro. Se nos escribe a horas impensadas y debemos responder siempre que nos llaman, porque se nos deposita fe en que podemos resolver lo que sea, sin importar en qué momento sea. Y sí, no sé cómo lo hacemos, pero podemos. Un poco de herramientas, un poco de experiencia y mucha, pero mucha determinación. Pero hay tiempos físicos. Y cuerpo físico. Y ciertos factores que no dependen sólo de nosotros, los superhéroes.
Somos un eslabón más en la cadena. Sí, quizás el más importante, pero sólo una parte de la totalidad del producto. Nuestra misión no es salvar ideas. Estamos para materializarlas, para potenciarlas y para hacer de ese trabajo, un proceso consciente. Respondiendo por nuestra área y por cada parte involucrada. Y así, con todas nuestras herramientas y destrezas profesionales, lograr el material final deseado.
Las formas de la Industria no van a cambiar hasta que no cambiemos nosotros. Hasta que no encontremos una forma más noble y honesta para trabajar. Con más respeto y valoración por la participación del otro y responsabilidad, por sobre la parte que nos toca. El proyecto también es el resultado de la confianza en que cada persona que lo integre, hará su parte en tiempo y forma.
La equidad es una construcción colectiva, pero los límites individuales.
Con amor,
Aldana